Tarta de vainilla, pistachos, frambuesa, chocolate blanco y limón



Hace unos 3 años (si no unos más) conocí a Cristina. Ella vivía por aquel entonces en Dubái, y siempre me encargaba las tartas para el cumple de su hija vía facebook. Al final no venía nunca a recogerlas porque tenía que quedarse con su peque o cualquier otra cosa.

A mí me sorprendió que desde el primer día siempre me pedía esta tarta, que yo no tenía ni en la carta de sabores de la pastelería. Y además la pedía siempre porque a su peque le encantan los pistachos.

Lo que ella no sabe, es que desde que ella me la pedía, yo la incluí en la carta de sabores, y en mi agenda, cuando alguien la pedía, yo anotaba siempre la tarta "Cristina", en su honor.

Total, que no podía no compartir esta receta porque es una auténtica delicia para el paladar. Si os sentís generosos podéis poner más pistachos, depende de como os sintáis ese día.

Y si no tenéis frambuesa, también la podéis cambiar por fresas, que le da un toque riquísimo.



Tarta de vainilla, pistachos, frambuesa, chocolate blanco y limón

Para 3 moldes de 15 cm o 2 de 20 cm de diámetro

Para el bizcocho
  • 200 gramos de azúcar blanco
  • 200 gramos de aceite suave (oliva o girasol)
  • 4 huevos M
  • 200 gramos de harina de trigo
  • 2 cucharaditas de impulsor (Royal)
  • 50 gramos de pistachos picados
  • 1 cucharadita de pasta de vainilla (extracto o esencia)
  • Una pizca de sal
  • 1/4 de cucharadita de agua de azahar

Para la crema
  • 150 gramos de mantequilla sin sal 
  • 150 gramos de azúcar glass
  • 150 gramos de chocolate blanco
  • Ralladura y zumo de un limón

Para el relleno
  • Frambuesas frescas


Precalentamos el horno a 180ºC (160ºC si es con ventilador). Tamizamos la harina junto con el impulsor y reservamos.

Mezclamos el aceite con el azúcar. Agregamos los huevos, uno a uno, y no añadimos el siguiente hasta que el anterior no esté bien mezclado. Añadimos la harina tamizada junto con el impulsor y mezclamos bien.

Echamos la vainilla, la sal y el agua de azahar y mezclamos. Por último los pistachos.

Repartimos la masa en los moldes ayudándonos de una cuchara de helado para que haya aproximadamente la misma cantidad de masa en todos los moldes (si habéis elegido los 3 moldes de 15 cm serán unos 280 gramos de masa en cada uno).

Horneamos durante 25-30 minutos. Pinchamos con un palillo para comprobar que el bizcocho esté totalmente hecho antes de sacar del horno. Reservamos en una rejilla durante unos 10 minutos antes de desmoldar.

Desmoldamos, igualamos los bizcochos con una lira si fuera necesario y cubrimos con film transparente. Guardamos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Para preparar la crema, ponemos en el bol de la batidora la mantequilla a temperatura ambiente (preferiblemente que esté blandita) y el azúcar glass tamizado. Batimos durante 5 minutos a velocidad  media hasta que la mezcla se aclare y esté cremosa.

Mientras tanto vamos derritiendo el chocolate blanco y dejamos templar. Añadimos a la crema de mantequilla una vez templado y batimos otros 5 minutos hasta que esté bien integrado. 

Añadimos la ralladura y el zumo de limón y batimos otro minuto.

Para montar la tarta, ponemos un poco de crema sobre el plato que hayamos elegido. Colocamos el primer bizcocho y con ayuda de una cuchara de helado ponemos dos bolas y alisamos con la ayuda de una espátula acodada (o con la que os resulte más cómodo trabajar). Cuando la tengamos alisada colocamos las frambuesas y las incrustamos un poco en la crema. Repetimos la operación con la siguiente capa de bizcocho y crema. 

Para terminar, colocamos el último bizcocho boca abajo y cubrimos toda la tarta con una fina capa de crema para sellar todas las migas. Guardamos el el frigorífico durante 15-30 minutos. A continuación cubrimos la tarta con la crema restante y decoramos al gusto.

Ya solo nos queda disfrutarla.










Espero que os guste esta receta, y si la preparáis me la enviéis por redes sociales.

Un abrazo enorme.


Marina







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